El peso de una gema no se mide en gramos. La unidad convencional para determinar el valor de los diamantes durante muchos siglos ha sido el quilate, un valor que ha variado de 0, 188 gramos a 200 miligramos a lo largo de la historia del comercio.
Formación del quilate como unidad internacional de medida de peso
Las gemas y algunos otros dones de la naturaleza se miden en quilates. Las raíces que dieron lugar a esta definición se remontan a siglos. Una creencia popular es que el peso de los diamantes se midió originalmente con semillas de acacia. Esta planta creció en el Mediterráneo. Las vainas del arbusto se llaman "cuerno pequeño" y, en la pronunciación griega, "quilates".
Otra sugerencia apunta a un árbol de coral. El peso de sus semillas es aproximadamente igual al peso de un diamante promedio. Los romanos también midieron las joyas con semillas de plantas. 24 granos sirvieron como peso.
En Grecia se acuñaron monedas cuyo peso correspondía a 24 semillas de acacia.
En quilates, piedras preciosas, se mide la proporción de oro en la aleación y perlas. Fue bastante difícil medir el valor de este último y estimarlo. Esto dependía de muchos factores. Incluso el envío de las perlas cultivadas importaba.
Quilates y gramos
Todos estos eran solo valores aproximados. Podrían variar según el terreno del árbol crecido, el tipo de vainas e incluso la humedad del aire. Más tarde, el quilate se midió en gramos, pero incluso entonces no hubo un valor establecido oficialmente para cuánto pesa un quilate. Incluso en el territorio de un país, los límites de medición se registraron de 0, 188 a 0, 213 gramos.
Cuando el comercio comenzó a adquirir una escala global, se hizo necesario llegar a un valor de medición único.
Los primeros en intentarlo fueron los comerciantes parisinos. En la reunión de la Cámara Preciosa de 1877 se propuso una medida oficial: un quilate correspondía a 0,205 gramos. Sin embargo, la comunidad internacional no apoyó esta iniciativa. Posteriormente, en 1907, se celebró una Conferencia General en París, que trató cuestiones de un sistema unificado de medidas y pesos. Una de las agendas era determinar el valor oficial del quilate. A partir de ahora, 1 quilate equivale a 200 miligramos.
Sin embargo, no todos los países apoyaron el establecimiento. Los franceses debían participar activamente en la participación de la comunidad mundial en la creación de un estándar de medidas. En algunos países se adoptaron resoluciones, en otros se cancelaron, en otros simplemente se ignoraron. Pero en 1914, el comité francés ya había ganado peso a los ojos de los representantes de muchos países. Finalmente, las acciones se vieron coronadas por el éxito. En 1930, la medida propuesta del peso de las piedras preciosas fue finalmente aprobada y se convirtió en una unidad de medida internacional.