Existe tal afición y ciencia: la numismática. Una de sus direcciones es recolectar las monedas recolectadas por año de emisión y las casas de moneda que las acuñaron. Actualmente, las monedas son caras por varias razones.
Según las estimaciones más aproximadas, solo en nuestro país alrededor de 50 mil personas se dedican a la numismática. Las monedas se emitieron en cantidades limitadas en todo momento. Por ejemplo, el “Rublo de Constantino” de 1825, del cual solo hay 6 piezas en el mundo, cuesta alrededor de 550 mil dólares. De las monedas más reales, 2 kopeks de 1925 son caras, monedas de 1947 y 1958, todas monedas de 2003. Las monedas de 2003 (1, 2, 5 rublos) se entregan actualmente de 5 a 15 mil rublos, y cuanto menor es la denominación, mayor es su valor, por lo que la razón del alto costo de las monedas es su rareza. Las monedas, emitidas en 2003, no se pueden encontrar más de 3000 piezas, y en una mano puede haber varias copias, lo que reduce significativamente el mercado de suministro. Si asumimos que un coleccionista compra la mayoría de las monedas, entonces el precio de las que quedan en el mercado aumentará drásticamente, si existen otras razones para el alto costo del dinero metálico. Por ejemplo, una moneda de 10 rublos de 1993 emitida por la Casa de la Moneda de Leningrado alcanza un precio de 30 a 35 mil rublos. Pero la misma moneda puede costar un orden de magnitud más barata. Al evaluar una moneda, la aleación de la que está hecha puede ser el factor decisivo. Naturalmente, las monedas de oro y plata tienen el valor más alto, y el precio de mercado de una moneda también está influenciado por su condición física. Hay dos sistemas para evaluar la condición física de una moneda. El primero asume siete grados de desgaste de la moneda, el segundo, una escala de 70 puntos, según la cual se asignan 70 puntos a una moneda recién acuñada y 1 punto a una moneda "muerta" por el tiempo o una moneda. después de una limpieza no profesional. En tal moneda, por regla general, es difícil distinguir los detalles de la acuñación La moneda ideal en el lenguaje de los coleccionistas se llama Prueba. Dichas monedas están pulidas para brillar y todos los detalles más pequeños del diseño son claramente visibles en ellas.