Los bienes sustitutos (del latín "substitutio" - reemplazo) son bienes intercambiables que son comparables en su propósito funcional, alcance, calidad, precio, parámetros técnicos y otros.
Bienes sustitutos y bienes complementarios
Los productos sustitutos realizan funciones equivalentes y están destinados a satisfacer las mismas necesidades. Ejemplos de estos productos incluyen mandarinas y naranjas, té y café, etc. Los recursos de fabricación - carbón y gas, metal y plástico - también se encuentran entre los productos sustitutos.
La curva de demanda depende en gran medida del precio de los bienes; por ejemplo, un aumento en los precios de un producto implica un aumento en la demanda de un producto de reemplazo. Por ejemplo, una caída en el precio del té puede provocar una reducción en el consumo de café y viceversa. La intercambiabilidad puede ser perfecta (absoluta) y relativa (por ejemplo, crema agria y mayonesa, pollo y ternera). Por tanto, existe una relación directa entre la demanda y el precio de los bienes sustitutos.
Si un producto no tiene un producto sustituto y el fabricante es el único en su industria, es un monopolista natural. La presencia de sustitutos en el mercado conduce inevitablemente a una mayor competencia, limita las ganancias de los participantes del mercado y los obliga a mantener bajos los precios.
El atractivo y la rentabilidad de la industria se reduce en caso de competencia con los productos de bienes sustitutos o existen riesgos de su aparición.
Los bienes sustitutos deben distinguirse de los bienes complementarios (bienes complementarios). Los bienes complementarios son aquellos que son capaces de satisfacer las necesidades de los compradores solo en combinación con otros. Por ejemplo, computadora y software, automóvil y gasolina, lavadora y polvo, cepillo de dientes y pasta. Distinguir entre complementariedad absoluta (esquís y bastones) y relativa (café y azúcar). Para los bienes complementarios, la relación entre demanda y precio se invierte. En este caso, con un aumento en el precio de un producto, la demanda de ambos productos disminuye. Hay ejemplos de negocios exitosos basados en la producción de bienes complementarios. Por ejemplo, el crecimiento de las ventas de iPhone ha llevado al surgimiento de una industria desarrollada de accesorios para iPhone (fundas, estuches, etc.).
Características distintivas de los productos sustitutos
Hoy en día, casi todo bien tiene su propio producto sustituto. Como regla general, los compradores eligen entre productos sustitutos en función de una serie de parámetros.
Los indicadores de demanda del mercado dependen del costo de los bienes, el nivel de ingresos de los compradores, los precios de los bienes sustitutos y los bienes complementarios.
Un producto puede considerarse un sustituto si es capaz de satisfacer eficazmente una necesidad similar. Por ejemplo, el agua mineral y el té, aunque formalmente apuntan a satisfacer una necesidad: la eliminación de la sed, no es correcto considerarlos como sustitutos. El agua mineral es un producto listo para beber, mientras que el té debe prepararse, más bien es una bebida tónica y vigorizante.
Otro criterio importante para elegir bienes sustitutos es su disponibilidad o proximidad al consumidor y la conveniencia de comprar.
El costo de los bienes sustitutos debe ser comparable. Es poco probable que el comprador opte por un sustituto si su coste es mucho mayor, mientras no tenga ventajas adicionales.
Finalmente, está la calidad. Cuando la forma en que se satisfacen las necesidades mediante el uso de un producto sustituto no alcanza un nivel aceptable para el comprador, es probable que sea rechazado.