La economía no es solo una rama del conocimiento abstracto. Esta ciencia está estrechamente relacionada con la vida diaria de cada persona. Y los expertos en economía no solo estudian teóricamente su tema de investigación, sino que también influyen en las relaciones mundiales entre bienes y dinero. Por tanto, para comprender el desarrollo de la sociedad moderna, es necesario averiguar por qué los economistas consideran óptima, por ejemplo, una economía mixta.
Primero, debe comprender qué es una economía mixta. En los siglos XX y XXI, existen dos tipos económicos principales, según la naturaleza de la propiedad de los medios de producción: pública y privada. En el primer caso, toda la tierra y los recursos industriales pertenecen al estado, en el segundo, se distribuyen entre individuos. El primer tipo estaba muy extendido en los países del campo socialista y aún se conserva, por ejemplo, en Corea del Norte. El segundo tipo se pudo observar en la forma más llamativa durante el período de liberalismo económico en Europa y Estados Unidos.
Una economía mixta es una combinación de estos dos tipos de propiedad. Los individuos pueden poseer tanto tierras como empresas industriales, pero al mismo tiempo están limitados en una serie de derechos por parte del estado, que realiza funciones de control. También hay un sector público, más o menos extenso. Por lo general, incluye áreas en las que el capital privado no puede o no quiere participar: escuelas, hospitales, instituciones culturales, servicios públicos, así como los llamados "monopolios naturales", que en Rusia, por ejemplo, incluyen los ferrocarriles.
Como se desprende de la descripción del modelo mixto, la mayoría de los estados modernos se adhieren a él. Los economistas atribuyen esto a una serie de ventajas de este modelo. Primero, después del colapso del bloque socialista, quedó claro que una economía exclusivamente estatal era ineficaz. En ausencia de competencia, fue principalmente el complejo militar-industrial el que se desarrolló, mientras que la producción de bienes para las necesidades de la población no satisfizo las necesidades de los ciudadanos. Esto provocó una escasez de productos básicos para el hogar y el consiguiente rezago del estado en el desarrollo técnico.
En segundo lugar, una economía en la que prácticamente todos los activos son propiedad de particulares y donde no hay una regulación gubernamental insuficiente también tendrá problemas de desarrollo. Una situación similar se pudo observar a finales del siglo XIX y principios del XX, cuando el excesivo liberalismo en la política económica estatal llevó a la monopolización de la producción. Comenzaron a formarse cárteles que abarcan todas las etapas de la producción, desde la extracción de materias primas hasta la venta del producto final. El monopolio de cualquier empresa en el mercado conduce nuevamente a la falta de competencia, lo que se traduce en un aumento descontrolado de precios, deterioro de la calidad, etc. Por lo tanto, los gobiernos de diferentes países se vieron obligados a asumir más funciones para regular el mercado, por ejemplo, para emitir leyes especiales antimonopolio, así como para nacionalizar algunas de las industrias.
Además, la propiedad privada incontrolada de los medios de producción provocó un deterioro de la situación de los trabajadores. Y para evitar una crisis social y una revolución, el estado también asumió el control sobre las condiciones laborales y los salarios.
La propiedad mixta de los medios de producción, según muchos economistas, ayuda a evitar los problemas enumerados anteriormente. Por tanto, por el momento, este sistema es óptimo.