Cualquier producto en el mercado tiene una naturaleza dual de precio, que se establece tanto en la etapa de producción como en la etapa de intercambio de bienes. Esto significa que el producto combina el uso y el valor de cambio. Vale la pena averiguar cuáles son estas características.
Valor del consumidor
Los productos en el mercado tienen ciertos beneficios para el consumidor. Esta utilidad no es constante, es individual para todos. Por supuesto, la utilidad de un nuevo diario para un escolar es incomparablemente mayor que para un jubilado. Por tanto, cada producto tiene, ante todo, un valor para el consumidor.
La utilidad aquí puede entenderse como la capacidad de un producto para satisfacer las necesidades del consumidor, por lo que elige por sí mismo un producto con el conjunto de características que le serán convenientes.
Valor de cambio
Esta característica del producto no es menos relevante que hace varios miles de años. En aquellos tiempos lejanos, no existían unidades monetarias universales, por lo tanto, en el mercado, cada producto se equiparaba a otro producto. Por ejemplo, un litro de aceite de oliva podría costar dos litros de vino, etc. En otras palabras, la capacidad de intercambiar una mercancía por otras es inherente a su valor de cambio.
Con el desarrollo de las relaciones de mercado, globalización, etc. la humanidad necesitaba poseer una mercancía cuyo valor de cambio pudiera aplicarse a todos los demás. Al principio, aparecieron en circulación monedas de oro, plata y bronce, y esto es bastante lógico, ya que se trataba de metales raros difíciles de extraer. Pero las necesidades de la humanidad estaban aumentando y los metales preciosos estaban disminuyendo y disminuyendo. Por lo tanto, se decidió equiparar el costo de los billetes de papel al valor del oro. Las reservas de oro de este o aquel país se equipararon al precio de una determinada cantidad de billetes.
Esto no podría durar mucho, ya que las reservas de oro estaban disminuyendo, lo que provocó la depreciación, la devaluación y la inflación del dinero dentro de los países con reservas de oro limitadas. Por lo tanto, en 1976 se adoptó un nuevo sistema monetario y financiero, según el cual las monedas monetarias se equipararon en su precio con las monedas de otros países.
De vuelta a las raíces
Después de 1976, el sistema monetario-oro mundial llegó al punto en que los billetes comenzaron a tener una capacidad de intercambio entre sí. Muchos países se opusieron a esto, incluida la URSS, cuyas reservas de oro y divisas eran superadas solo por Estados Unidos. Por supuesto, el papel del oro en la economía mundial sigue siendo extremadamente alto, pero si antes de la reforma el dinero tenía granos del valor del oro, ahora el dinero se ve privado de esto. Pero con la ayuda de ellos, puede comprar el mismo metal precioso, ya que su precio aumenta constantemente de año en año, lo que no se puede decir sobre su valor de uso.