La mayoría de las personas, habiendo comenzado a hacer negocios, se rinden rápidamente, cierran el negocio y se ponen a trabajar por contrato. Esto afecta significativamente la psique, incluso puede aparecer depresión. Menos del 40% logra ponerse de pie y obtener al menos alguna ganancia. Entre ellos, literalmente unos pocos alcanzan un gran nivel de ganancias y se convierten en millonarios. Sin embargo, no solo la derrota, sino también el éxito en los negocios pueden afectar significativamente la psique humana.
Instrucciones
Paso 1
Deshonestidad y crueldad. En algunos sectores comerciales, la competencia es feroz. Solo los más aptos pueden lograr el éxito. Las personas con un negocio altamente rentable se ven obligadas a tomar decisiones duras y decididas. Cuando hay mucho dinero en juego, es difícil mantener un rostro humano.
Paso 2
Desprecio por otras personas y alta autoestima. Habiendo logrado el éxito, es bastante difícil permanecer humilde. Por lo general, nadie esconde los atributos de una persona rica. Además, no importa si una persona se ganó con su propio trabajo o si usó la ayuda de amigos. Sin embargo, por regla general, cuanto más se le cedió el camino a un emprendedor, más humano y modesto seguirá siendo.
Paso 3
La aparición del despotismo. Cuando cientos o incluso miles de personas están subordinadas, debe pasar al papel de un líder severo. La situación financiera de estas personas depende de las decisiones de las autoridades, por lo tanto, es simplemente inadmisible relajarse. Sin embargo, a veces va más allá de todos los límites. Los empresarios a menudo atacan no solo a sus subordinados, sino también a los miembros de la familia.
Paso 4
Obsesión por el trabajo. Solo aquellos que dedican la mayor parte de su tiempo a su negocio favorito pueden alcanzar grandes alturas en los negocios. Sin embargo, si un emprendedor entra por completo en el negocio, descuidando otras áreas de la vida, esto puede terminar mal para él. Estas personas pierden el contacto con sus familiares y cualquier falla puede afectar significativamente la condición moral y física de una persona.