Las leyes de las relaciones modernas entre bienes y dinero son tales que el valor de las empresas que producen algunos bienes, o de las empresas que prestan servicios, depende no solo de lo bien que lo hagan. Hoy en día, un factor importante en el éxito de las empresas es el nivel de confianza de los financieros en ellas, que se expresa en el precio de las acciones en las bolsas de valores. La emisión de dichas acciones está directamente relacionada con la OPI - Oferta Pública Inicial.
Para el desarrollo de empresas o emprendimientos se necesita capital de trabajo, el cual se puede obtener de varias formas. La más simple es solicitar un préstamo a un banco. Dicho capital en sí mismo tendrá valor; después de todo, habrá que pagar ciertos intereses por el dinero recibido del banco. Otra forma es atraer el dinero de los inversores. Para las empresas lo suficientemente grandes, la forma más rentable de hacerlo es emitir valores y colocarlos en la bolsa de valores. Este procedimiento (preparación, emisión y colocación de acciones de la empresa en las bolsas de valores) se denomina IPO, abreviatura en inglés, que puede traducirse con mayor precisión como "oferta pública inicial".
El procedimiento de colocación no es tan sencillo como parece. Además, es muy caro. El procedimiento comienza, por regla general, con un análisis integral de todos los aspectos de las actividades de la empresa; es necesario identificar las debilidades en las actividades financieras y económicas, en la estructura e incluso en la historia. Todas las deficiencias encontradas deben ser eliminadas antes de la emisión de valores, de lo contrario el resultado de la OPV puede tener un efecto negativo.
Cuando se realiza un análisis de este tipo y queda claro que los cuellos de botella identificados deben corregirse, se crea un equipo que se ocupará de todo este proceso. Con su ayuda se llevan a cabo todos los trámites necesarios, regulando la actuación de la empresa emisora y los propios valores emitidos. Este equipo crea un documento llamado "memorando de inversión"; debe contener todos los datos fácticos que un posible inversor pueda necesitar para tomar una decisión de compra de las acciones emitidas.
Cuando se completan todas las operaciones preparatorias, comienza una campaña publicitaria, que determina en gran medida la demanda de las acciones que se colocan y, por lo tanto, el éxito de la OPI. Si tiene éxito, el precio del capital de trabajo y el capital de inversión atraídos por la empresa disminuirá significativamente. Pero para los inversores, incluso el mero hecho de que una empresa esté lista para una oferta pública inicial indica que ha alcanzado un nivel de desarrollo determinado y suficientemente alto.