En los últimos años, el número de bancos e instituciones de crédito en Rusia ha ido disminuyendo. Este proceso se debe a la influencia de varios factores principales: el endurecimiento de los requisitos legales para la presentación de informes regulatorios y de capital, la activación de las autoridades supervisoras, el crecimiento de la competencia y la consolidación de la industria.
Muchos bancos han desaparecido del mercado bancario, algunos se han convertido en parte de competidores más grandes y otros continúan reparando agujeros en el balance. Esto no es sorprendente: el sector bancario se ve cada vez más afectado por la escasez de liquidez. Mientras tanto, los requisitos para el monto mínimo de capital social continúan creciendo. Entonces, a partir del 1 de enero de 2012, esta cifra aumentará a 180 millones de rublos. Hasta ahora, solo el 78% de los participantes actuales del mercado cumplen con este requisito. Para las nuevas instituciones en 2012, el listón se elevará a 300 millones de rublos, y en 2015 esta cantidad mínima de capital se aplicará a todos los bancos existentes. No es de extrañar que en esta situación, se cierren o se fusionen con estructuras más poderosas, para mantenerse a flote y cumplir con los requisitos de la ley, los bancos se ven obligados a limitar significativamente el préstamo de fondos. Esta tendencia se refleja claramente en la subida de los precios hipotecarios. Ante el problema de la escasez de dinero barato, los bancos decidieron ir a lo seguro y limitar los programas de préstamos hipotecarios, cambiando a préstamos de consumo a corto plazo. También comenzaron a rechazar préstamos a personas con un "salario gris" con más frecuencia. También ha aumentado la barra salarial para un cliente potencial. La liquidación de los bancos también se vio afectada por la inestabilidad del mercado mundial en relación con la crisis de la deuda en la zona del euro y la desaceleración del desarrollo económico en Rusia. Además, los bancos rusos están acostumbrados a pedir dinero prestado a sus homólogos extranjeros a tipos de interés bajos en lugar de ganarlo invirtiendo en la producción o jugando en el mercado de valores y, más recientemente, la disponibilidad de financiación externa ha disminuido. La inestabilidad del euro ha afectado el cambio de moneda. Los bancos comenzaron a cerrar algunas de las oficinas de cambio. Esta práctica afectó especialmente a Bielorrusia y Ucrania. Además, para cubrir el impago de las deudas, los bancos comenzaron a repetir la práctica de 2008 y a reducir los límites a las tarjetas de crédito de los clientes que perdieron sus empleos y se volvieron poco confiables para ellos.