La gestión de cualquier empresa debe tener en cuenta muchos factores, tanto externos como internos, en sus actividades. No todos los planes se están cumpliendo según lo previsto. Los empleados, resolviendo las tareas asignadas, pueden cometer errores involuntarios o retirarse de las tareas que les sean asignadas. Es por eso que el gerente tiene que realizar funciones de control a diario.
¿Para qué sirve el control?
Las actividades de una organización, ya sea una estructura empresarial o una institución gubernamental, se llevan a cabo constantemente en un entorno cambiante. Una de las funciones del aparato de gestión es tener en cuenta dichos cambios y realizar ajustes en los procesos de producción. Al mismo tiempo, el gerente debe organizar adecuadamente al personal y motivarlo para realizar las tareas actuales y futuras.
El control regular y planificado de las actividades de los subordinados es una función integral de la dirección. De esta manera, puede identificar oportunamente las deficiencias en el trabajo de los empleados, detectar errores y errores de cálculo. No todas las interrupciones en el funcionamiento de una empresa se deben a acciones erróneas del personal. A veces, los mismos gerentes cometen los errores, por ejemplo, distorsionando el significado de las órdenes que vienen de arriba.
El control desde el puesto de dirección es un sistema de medidas claro y bien pensado para verificar la veracidad de la ejecución de las instrucciones y órdenes de la dirección. Este concepto también incluye el seguimiento del estricto desempeño de los empleados en sus deberes funcionales. En una organización donde una parte importante del trabajo es realizada por personas, y no por máquinas y mecanismos, el control está directamente relacionado con el concepto de poder y regulación administrativa de las actividades.
Control como función de gestión
La tarea del sistema de control es establecer algunos estándares por los cuales los empleados deben guiarse en sus actividades. Para que el control sea efectivo, se necesitan puntos de referencia mediante los cuales el gerente pueda evaluar el desempeño de cada empleado. La diferencia entre el estándar y el desempeño alcanzado debe ser la base para modificar los procesos de trabajo.
Las funciones de control en la gestión entran en vigor ya en la etapa de planificación de las actividades de la organización. Al elaborar planes de trabajo para los departamentos, los gerentes deben prever medidas de verificación en ellos, indicando el momento de su implementación y la persona responsable de la implementación. La naturaleza planificada del control hace posible realizar una auditoría de las actividades no de un caso a otro, sino de manera sistemática.
El objetivo final del control es lograr un estado de cosas en el que la gestión de la organización se centre en el desempeño más eficiente de los indicadores de desempeño. Al planificar las actividades de control, el gerente debe tener en cuenta las características psicológicas de los empleados individuales y del equipo en su conjunto. Un sistema de inspección mal estructurado puede afectar negativamente al personal, puede provocar una disminución de la motivación y un aumento de la tensión.