La reputación de un líder empresarial o un empresario privado es una bendición intangible, pero muy valiosa. Después de todo, cuanto mejor es la reputación, más oportunidades de ganar dinero se abren para el emprendedor. En este artículo, propongo considerar formas de construir una buena reputación para un empresario y su empresa.
¿Qué es la reputación?
La reputación es una opinión definida y fija sobre una persona, un grupo de personas, una empresa. Cuanto mayor sea el valor de la reputación, más fácil será obtener información sobre la persona u organización que nos interesa. Internet, reseñas de clientes en recursos independientes, redes sociales: todo esto hace que cualquier negocio sea casi transparente (excepto la información que constituye un secreto comercial). Antes de comprar un producto en particular, las personas leen reseñas, en las que basan su actitud hacia él. Antes de entablar sociedad y otras relaciones comerciales con un emprendedor, estudian sus actividades, se comunican con contrapartes, clientes y ex empleados. Los actos indeseables cometidos anteriormente por un empresario ciertamente se harán públicos, es solo cuestión de tiempo. Y, cuanto menos la gente confía en la publicidad oficial de las empresas, más valor adquiere la reputación, lo que influye en las ganancias y el crecimiento del negocio.
Formas de construir una buena reputación como emprendedor o empresa:
Creo que este punto no requiere comentarios.
La ética empresarial significa puntualidad, cumplimiento de las obligaciones asumidas, honestidad y decencia.
Estoy seguro de que conoces a empresarios que no cumplen con los acuerdos, llegan tarde o no asisten a las reuniones programadas, no pagan cuentas por cobrar a proveedores y préstamos bancarios por meses. Pero al mismo tiempo, se compran autos nuevos y se relajan en complejos turísticos extranjeros, publicando fotos relevantes en las páginas de las redes sociales. Queda claro que a estas personas no les importa en absoluto su propia reputación.
La responsabilidad social debe extenderse tanto a los “clientes internos” - accionistas y personal de la empresa, como a los externos - proveedores, socios, compradores. Todos cometemos errores, pero la forma en que se corrigen afecta la reputación de una empresa.
Los empresarios no siempre logran mantener la alta calidad de los productos que venden. Muchos se centran en la clase económica, vendiendo bienes de consumo. Lo principal es la honestidad hacia los clientes al anunciar dichos productos y establecer precios para ellos.
Al contactar a los consumidores de bienes o socios, cada empleado personifica y representa a su organización. A partir de cuál es la personalidad de este empleado y cómo lo hace exactamente, se forma una idea de la reputación de toda la empresa.
La formación de una reputación de alta calidad está influenciada por indicadores de crecimiento empresarial: el uso de tecnologías innovadoras, mayor rentabilidad, buen historial crediticio y respaldo bancario, escalamiento de la empresa, etc.
Desafortunadamente, la mayoría de los empresarios prefieren crear una imagen positiva de la empresa en lugar de construir una buena reputación, o no ven la diferencia entre estos conceptos. La imagen es una especie de imagen artificial creada para aumentar la conciencia, el atractivo y la confianza de la empresa. Y la reputación es el sistema de valores de un empresario, la secuencia de sus acciones, a partir de la cual se forma la imagen.
Una buena reputación es un valioso activo intangible, que es tarea de cualquier emprendedor que quiera trabajar activamente en el mercado durante mucho tiempo para protegerlo e incrementarlo. Sólo cuando los empresarios dejen de sustituir la reputación por la imagen podrán disfrutar realmente de la confianza y el apoyo de los consumidores para los que trabajan.
Elena Trigub.
