En los medios de comunicación y en Internet, a menudo se menciona el término atractivo para la inversión. Y recientemente, muchas firmas consultoras ofrecen servicios para aumentar el atractivo de inversión de una empresa e incluso para administrarla.
Las teorías económicas y los libros de texto ofrecen una definición compleja y confusa del término atractivo para la inversión. Un lego tiene que comprender el lenguaje académico en el que se escriben estos conceptos durante mucho tiempo.
Para una definición simple y lógica de este término, uno debe, en primer lugar, estar familiarizado con los conceptos de inversión y actividad inversora. Las inversiones son efectivo, depósitos bancarios, acciones, acciones y valores, tecnologías, máquinas, equipos, diversas licencias, valores intelectuales invertidos en actividades empresariales o de otro tipo para generar ganancias o lograr un efecto social positivo. La actividad inversora es una inversión y un conjunto de acciones prácticas en la implementación de inversiones.
De ahí la conclusión de que el atractivo de la inversión es la capacidad de despertar el interés comercial en un inversor real, la capacidad de aceptar inversiones y disponer de ellas de manera que se mejore la calidad de los productos, se incrementen los volúmenes de producción y se capten nuevos mercados. Y al final, para obtener una ganancia neta.
Hay que decir que desde el punto de vista de un inversor, no todas las empresas tienen atractivo para la inversión. Pero, por otro lado, casi todos los dueños de negocios tienen el punto de vista opuesto. Es decir, creen que su empresa es capaz de interesar a los inversores en un 100%. Dichos empresarios pueden buscar activamente inversores durante años y no encontrarlos, sinceramente sorprendidos por esto.
Por lo tanto, todos los dueños de negocios deben saber qué afecta el atractivo de inversión de su negocio. En primer lugar, las inversiones realizadas en una empresa definitivamente deben llevarla a un nuevo nivel de producción, tecnología y calidad. Por lo tanto, una tienda independiente en un lugar con poca gente nunca será atractiva para los inversores. En segundo lugar, el período de amortización de las inversiones no debe ser superior a 2,5 años para las empresas comerciales, no más de 3 años para el sector de servicios, no más de 5 años para el sector manufacturero y no más de 2 años para las actividades comerciales innovadoras. En tercer lugar, el objeto de inversión debe ser muy líquido. En otras palabras, debería ser posible vender toda la empresa, rápidamente y sin problemas. Y en cuarto lugar, la empresa debe tener las mayores oportunidades de desarrollo posibles.
Las empresas en declive, así como las empresas que operan en mercados limitados con oportunidades de desarrollo muy limitadas, siempre serán poco atractivas para la inversión.
Con base en lo anterior, cada emprendedor puede evaluar el grado de atractivo inversor de su negocio por su cuenta. Y si es alto, para elaborar ideas, preparar un proyecto de inversión, buscar y convencer a los inversores. Y si es bajo, intente aumentarlo.