Las tarifas y los cargos aparecen con la llegada del gobierno. Se sabe que en el Antiguo Egipto, en el segundo milenio antes de Cristo, se recaudaban los impuestos necesarios para mantener el enorme aparato burocrático de este estado.
Los impuestos son contribuciones obligatorias y estatutarias a los presupuestos estatales y locales, a fondos estatales y no estatales. Son extremadamente variados en la forma en que se recaudan, en el objeto de tributación, de acuerdo con su finalidad prevista. Sin embargo, el significado general de cualquiera de ellos es asegurar la actividad económica del estado. El estado, como cualquier gran granja, necesita trabajadores. Estos son contables, gerentes, médicos, maestros, guardias de seguridad. Además de los asuntos internos, el estado tiene relaciones económicas y políticas con sus vecinos, por lo que necesita un aparato económico externo, diplomáticos y un ejército.
Todo esto está soportado por impuestos. Cada ciudadano paga impuestos sobre la renta al presupuesto estatal. También se envían tarifas de comercio (impuesto al valor agregado), que son pagadas por las organizaciones comerciales de cada compra y venta. Los impuestos especiales van al presupuesto estatal: impuestos por la venta de bienes de consumo (sal, alcohol, etc.).
También se establecen tarifas por trámites: pasaportes, visas, para el registro de personas jurídicas, para el registro de derechos de propiedad. A las personas físicas se les cobra una cantidad fija por el derecho a participar en actividades empresariales. Los presupuestos locales reciben impuestos de los propietarios y usuarios de la tierra, de los propietarios de viviendas y vehículos, tanto personas jurídicas como particulares.
Cada ciudadano que trabaja hace contribuciones al fondo de pensiones (ahora puede elegir entre estatal y no estatal) y al fondo de seguro médico.
Los fondos recaudados forman recursos financieros para realizar las funciones y tareas urgentes de la sociedad. Es decir, para que los ciudadanos puedan vivir con seguridad, trabajar, recibir salarios justos, poder recibir tratamiento médico, enseñar a sus hijos, conducir por buenas carreteras, participar en actividades empresariales y recibir una pensión. Las tareas reales se formulan en programas objetivo estatales (desarrollo de nanotecnología, apoyo a la agricultura, etc.).
Con la ayuda del sistema de declaración de impuestos, el estado ejerce control sobre las actividades económicas tanto de individuos como de organizaciones. A través de la provisión de incentivos fiscales, se fomentan ciertos tipos de actividades que la sociedad necesita en este momento. Finalmente, los impuestos ayudan a redistribuir fondos entre diferentes categorías de población.