En la historia de la humanidad, hay una serie de personalidades cuyos nombres y apellidos se han convertido en sustantivos comunes. Estos incluyen muchos representantes de la dinastía Rothschild, fundada a fines del siglo XVIII. Este apellido se ha convertido durante mucho tiempo en un símbolo de riqueza, prosperidad y éxito. El poderoso clan Rothschild no ha perdido su influencia en el mundo de hoy.
El apellido de la dinastía Rothschild tiene raíces heráldicas. Proviene de la aparición del escudo del taller de joyería que perteneció a Angel Moses Bauer, padre del fundador de la dinastía bancaria, Mayer Rothschild. El emblema representaba un águila real contra un escudo rojo. Así es como el taller se denominó más tarde "Red Shield" o "Rotschield".
Nacido en un barrio judío pobre en Frankfurt am Main, Alemania, Mayer Rothschild continuó el trabajo de su padre, quien se dedicaba a la usura menor. Con el tiempo, Mayer, con la ayuda de sus cinco hijos, expandió el negocio, convirtiéndolo en un imperio financiero internacional que tuvo un gran impacto en la vida europea.
La Casa Bancaria Rothschild financió activamente a los nobles y monarcas europeos, prestando dinero a intereses. El hijo más talentoso de Mayer fue Nathan Rothschild, quien participó directamente en la lucha contra Napoleón, utilizando su creciente poder financiero e ingenio. Durante las Guerras Napoleónicas, el imperio financiero de los Rothschild creció a un ritmo increíble, contribuyendo a la conducción de la guerra. Nathan aprovechó con éxito su propia extensa red de agentes, gracias a la cual fue el primero en enterarse de los eventos que determinaron la vida financiera de Europa.
Los métodos utilizados por Nathan Rothschild, para hacer una fortuna multimillonaria, se pueden juzgar por el siguiente episodio. En 1815, Rothschild estuvo presente personalmente en una de las batallas decisivas de los Aliados con las tropas de Napoleón. Después de que las tropas napoleónicas fueron completamente derrotadas, el financiero regresó inmediatamente a Inglaterra para hacer el mayor negocio de su vida.
Con una mirada sombría, Rothschild dejó en claro que estaba vendiendo bonos bancarios. Los banqueros que siguieron cada uno de sus movimientos interpretaron esto como una consecuencia de un fracaso militar y, presas del pánico, se apresuraron a vender valores. Tras esperar a que los precios de los bonos cayeran al mínimo, Nathan, con la ayuda de una extensa red de agentes, los compró, lo que le permitió incrementar su fortuna en 200 millones de libras en casi un día.
Las generaciones posteriores de los Rothschild también lograron el éxito financiero, fortaleciendo la posición de la familia. Desde finales del siglo XIX, la dinastía moderó un poco el alcance de sus actividades, dedicando mucho tiempo a la caridad; sin embargo, la mayoría de estas acciones son anónimas. La Casa de Rothschild intenta no publicitar el tamaño de su fortuna y evita la demostración de lujo desafiante.
Hoy en día, los Rothschild todavía se consideran uno de los empresarios más poderosos. Numerosos hechos indican que, con casi dos siglos de experiencia en la financiación de operaciones militares, transformaciones sociales y económicas, esta dinastía sigue ejerciendo una poderosa influencia en el curso de los acontecimientos en el mundo.