Gastar bien el dinero es un arte tan difícil como ganarlo. A menudo sucede que las personas se arrepienten de haber gastado dinero porque hicieron gastos innecesarios. Para evitar que esto suceda, debe aprender a administrar los fondos de manera adecuada.
Instrucciones
Paso 1
Independientemente de la cantidad de dinero que tenga a su disposición, primero debe pensar en sus gastos y solo luego ir de compras. Uno de los métodos más efectivos para planificar un presupuesto personal sigue dividiendo la cantidad disponible en varias partes: para comida, ropa, facturas de servicios públicos, entretenimiento. Al dirigirse a la tienda, no se olvide de la lista de compras. Comprar de una lista es casi siempre más rentable porque le facilita resistir las muchas tentaciones de los supermercados y mercados.
Paso 2
Puede gastar dinero con beneficios y significado de formas muy diferentes. Puede comprar un viaje turístico, ir a una clase magistral interesante, comprar regalos para las próximas vacaciones para usarlos en el futuro y, finalmente, simplemente comprar entradas para el teatro. Pero recuerde que, en primer lugar, debe gastar dinero en lo que necesita y solo luego en todo lo demás. Si se está quedando sin comida en su hogar, no debe pensar en comprar cortinas nuevas, al menos hasta que haya resuelto el problema de la comida.
Paso 3
Si estás considerando el derroche venidero más como una inversión de dinero, no olvides que hay productos que pierden su valor muy rápidamente. Los automóviles, las computadoras, los teléfonos móviles solo se vuelven obsoletos con el tiempo, y si desea revenderlos, perderá bastante debido a la diferencia de precio entre los productos nuevos y usados. Al mismo tiempo, las joyas, los bienes raíces y la tierra prácticamente nunca se vuelven más baratos.
Paso 4
Compre a granel y para uso futuro solo aquellos bienes con los que el tiempo no hará nada: algunos productos, consumibles, artículos para el hogar de uso constante. De lo contrario, tendrá que deshacerse de las existencias estropeadas y lamentar el dinero desperdiciado.