Diferentes personas expresan opiniones diametralmente opuestas sobre si la capacidad empresarial es un rasgo de personalidad innato o adquirido. ¿Qué tipo de habilidad es esta y de dónde viene?
Según el diccionario, la capacidad emprendedora es un conjunto de cualidades y habilidades que le permiten a una persona tomar decisiones comerciales inteligentes y efectivas destinadas a aumentar las ganancias y optimizar los riesgos comerciales. Pero la gran cantidad de emprendedores no es idéntica a la cantidad real de personas con capacidad empresarial.
Muchas personas intentan hacer negocios, pero al final su negocio colapsa rápidamente y resulta que no es rentable. Incluso varios cursos, capacitaciones, programas universitarios no ayudan. ¿Por qué algunas personas, sin un solo diploma detrás de ellas, tienen éxito en su negocio, mientras que otras, que han gastado mucho tiempo y dinero en su educación, permanecen al final del pozo?
La cuestión es que el carácter de un emprendedor exitoso debe tener rasgos de personalidad especiales que son imposibles (o muy difíciles) de desarrollar en uno mismo.
Por ejemplo, un buen emprendedor debería:
- ser personas responsables, independientes, trabajadoras, seguras de sí mismas, amorosas, éticas;
- tener una voluntad fuerte, estabilidad emocional, cualidades de liderazgo;
- ser absorbido por su propio negocio, orientado al cliente;
- ser capaz de comunicarse con las personas, seleccionar un equipo, motivar el trabajo del equipo, controlar el trabajo del equipo;
- estar abierto a la creatividad, nuevas ideas y enfoques;
- escuchar las opiniones de otras personas, estar preparado para el autosacrificio en aras de los intereses de la causa, el equipo;
- ser capaz de analizar, planificar, predecir;
- tener pensamiento económico;
- poder pensar como un comprador (cliente);
- tener conocimiento en asuntos legales.
Por ello, muchos expertos creen que la notoria veta comercial sigue siendo un rasgo innato de personalidad que algunos tienen por naturaleza, mientras que otros nunca aparecerán. El espíritu empresarial es un don poco común, al igual que la capacidad de cantar o pintar maravillosamente. Si desea de todo corazón participar en el espíritu empresarial, crea en sí mismo y sienta la capacidad empresarial en usted mismo, ¡no se desvíe de sus objetivos! Recuerde que cada persona debe hacer "su" negocio: lo que mejor hace y lo que le da verdadero placer.