La identidad es una característica importante de una marca: sin ella, es posible que el consumidor simplemente no reconozca la marca y no preste atención al producto que se esconde detrás de ella.
La identidad de marca es cómo el consumidor percibe la marca: cómo se percibe, a qué se asocia la marca, qué atrae al consumidor en ella. Estas asociaciones muestran la promesa de una marca y su significado para las personas. Es importante que la identidad de la marca sea única y las asociaciones que la propia marca evoca positivas. La marca también debe ser percibida por el consumidor como algo valioso, es decir, lo que ofrece la marca debe ser importante para su público objetivo. Esto se debe a que todas sus diferencias realmente importan si se vuelven valiosas para el consumidor.
Para formar una identidad de marca, primero debe recopilar información sobre los consumidores: qué es importante para ellos, qué problemas pueden tener, qué sueños, qué alegría. Si encontramos puntos débiles como este, podemos determinar dónde estamos mejor construyendo una marca.
La siguiente etapa es un análisis exhaustivo del producto y de la empresa que ofrece este producto: qué es importante en este producto, qué problemas ayuda a resolver, qué se debe enfatizar, cómo ayudará a resolver los problemas de sus consumidores.
A continuación, debe decidir qué ayudará a formar la marca, en qué debe enfocarse, qué asociaciones e ideas son más importantes para su marca. Tras analizar las necesidades del cliente y las características del producto, no será difícil elegir cuál se convertirá en la identidad de tu marca, su idea clave.
Para identificar mejor las fortalezas de un producto, considérelo en varios niveles:
El primer nivel es un producto por diseño: para qué fue creado este producto. Piense en las necesidades que puede satisfacer, cómo ayudar al consumidor. Este nivel también se llama el núcleo del producto y representa para qué se compra el producto: se compra una blusa blanca para usar en el trabajo y una botella de agua para saciar la sed. Es importante que estas características y necesidades básicas que cubre este producto no cambien. Por ejemplo, el producto en sí es una mochila para una niña.
El segundo nivel es un producto en ejecución real. Esto incluye el empaque del producto, el diseño, cualquier característica adicional específica de su producto, por ejemplo, un dibujo en una mochila con un personaje de dibujos animados favorito, envoltorio de regalo y una caja de lápices que viene con la mochila.
El tercer nivel es el elemento con refuerzo, en otras palabras, todo lo que se adjunta al elemento. En el caso de una mochila, esta es una garantía que brinda el fabricante, así como el envío gratuito que ofrece la tienda.
Si tiene en cuenta los tres niveles de un producto, probablemente pueda crear una marca que funcione.