Las autoridades griegas aún no han logrado superar la prolongada crisis financiera, a pesar de la ayuda brindada por la Unión Europea. Ante una aguda escasez de fondos, el gobierno del país está tratando de encontrar fuentes alternativas de financiamiento.
Si hace un año hablar de la supuesta salida de Grecia de la zona euro parecía una especulación, ahora se habla cada vez más abiertamente. Incluso Berlín, que hizo una gran contribución a la salvación de los griegos, está dispuesto a aceptar tal escenario. Los alemanes no están dispuestos a suministrarles dinero sin cesar, se ha creado un grupo en el Ministerio de Finanzas alemán para elaborar las acciones del país en caso de que Grecia abandone la zona euro.
A finales de agosto, Grecia deberá saldar sus deudas ya acumuladas. Si el país no logra obtener un nuevo préstamo para saldar deudas antiguas, se verá obligado a declararse en mora, es decir, a declararse en quiebra. En estas condiciones, el gobierno del país, encabezado por el primer ministro Antonis Samaras, tomó medidas sin precedentes, anunciando su disposición a arrendar o vender varias islas deshabitadas pertenecientes al país.
Grecia posee unas 6.000 islas, muchas de las cuales no vive nadie. El gobierno del país ha tratado previamente de atraer inversionistas para su desarrollo, esperando de esta manera reponer la tesorería a través del desarrollo de la industria turística, pero nada salió de esta aventura. Y ahora los griegos decidieron ir por el otro lado, con la esperanza de vender varias islas por un buen dinero o arrendarlas por mucho tiempo. El gobierno del país ve a los rusos y chinos como los principales compradores, y las celebridades adineradas de Hollywood también pueden comprar las islas.
Al anunciar la disposición del país a vender las islas, el primer ministro griego solo apoyó la idea que ya habían presentado los parlamentarios alemanes anteriormente. Berlín ha insinuado más de una vez que para salir de la crisis financiera, los griegos bien pueden sacrificar varias islas y no pedir dinero sin cesar a sus vecinos de la Unión Europea. Al decidir vender las islas, Antonis Samaras arriesga su futuro político: es poco probable que los habitantes del país favorezcan a un político que comercia en territorio griego. Al darse cuenta de esto, el Primer Ministro de Grecia hace reservas especiales: según él, estamos hablando de la venta de esas islas, cuya pérdida no amenaza la seguridad nacional del país.
La propuesta del primer ministro griego ha sido anunciada; queda a la espera de información sobre qué islas específicas se pondrán a la venta y a qué precio. El resultado de la empresa de las autoridades griegas se dará a conocer en los próximos meses.