El funcionamiento exitoso de cualquier empresa, desde una importante sociedad de cartera internacional hasta un empresario privado, depende principalmente de la eficacia de la gestión. Para seguir siendo competitiva y rentable, la gestión empresarial debe utilizar métodos de gestión modernos con base científica.
La esencia del proceso de gestión
Los principios básicos de la ciencia de la gestión son estudiados por la cibernética, que presupone un esquema de control único característico de cualquier objeto de control. De acuerdo con esto, el sujeto de control genera señales en forma de una orden o comando, que se transmiten al objeto de control. Él, a su vez, percibe estos mandatos y actúa de acuerdo con ellos. Para que el sujeto de control sepa que su señal ha sido recibida y comprendida, se debe organizar un canal de retroalimentación. Dependiendo de la señal que llegue a través de este canal, el sujeto de control genera nuevos comandos.
En el ámbito económico, los sujetos de gestión son los jefes de empresa y sus divisiones, órganos de gobierno colectivos o gestores especializados. Los objetos de gestión en este caso son los factores que caracterizan la producción: capital fijo y circulante, trabajo, recursos materiales y naturales, potencial científico, técnico y de información.
La influencia controladora se ejerce por medio de reglamentos, planes, programas, decretos, instrucciones, órdenes. También se utilizan incentivos materiales y morales para aumentar la eficiencia. La retroalimentación se lleva a cabo como observación y control directos desde el objeto de control. Para ello, se realiza un reporte actual, estadístico y contable, se realiza un seguimiento, se determinan y analizan indicadores de la eficiencia del uso de los factores de producción.
Las principales tareas de la gestión empresarial
Una de las principales tareas de la gestión es el establecimiento de metas prioritarias, para cuyo logro se forma la empresa, realiza sus actividades y se desarrolla como un sistema integral. La determinación de la función objetivo de la empresa comienza con el establecimiento de su misión, que expresa el significado de su creación y actividades posteriores. En este caso, se deben poner en primer lugar los intereses, expectativas y valores del consumidor final del producto, mientras que también se deben tener en cuenta cambios prometedores en estos parámetros. Pero al mismo tiempo, las actividades de la empresa también deben orientarse hacia los intereses del Estado y de la sociedad en su conjunto.
Si los objetivos prioritarios se perciben como el estado ideal del objeto de control por el que la empresa debe esforzarse, de acuerdo con ellos, debe formarse una estrategia para su desarrollo y tácticas generales de actividad. Estos objetivos deben cumplir con ciertos requisitos: ser compatibles y acordados, alcanzables, comprensibles para los ejecutantes y flexibles, lo cual se garantiza mediante una pronta retroalimentación.