La estructura lineal-funcional de una empresa es un sistema de gestión especial. En este sistema, las funciones de los administradores pueden ser de carácter obligatorio y recomendatorio. Dicho esquema de gestión se basa en varios principios y tiene varias características.
Principios de la estructura funcional lineal
En la estructura de la empresa, siempre hay un gerente general, bajo cuya supervisión trabajan los jefes de departamento. Afectan a los empleados de acuerdo con los objetivos marcados. La alta dirección tiene solo un impacto lineal en los empleados. Los jefes funcionales tienen un impacto tecnológico. Cualquier artista puede delegar parte de su trabajo a un empleado subordinado. Así, se construye la relación "jefe - subordinado".
Ventajas y desventajas
Hay bastantes ventajas de este esquema de gestión empresarial. Primero, el sistema hace posible que los gerentes de especialistas sean competentes en su campo. En segundo lugar, en el caso de un incidente no estándar, se toma una decisión y se implementa con prontitud. En tercer lugar, los gerentes funcionales adquieren experiencia rápidamente y su profesionalismo crece en consecuencia. En cuarto lugar, no existe el problema de "encontrar el extremo", ya que cada empleado tiene la responsabilidad personal de los resultados de sus actividades.
No hay tantas desventajas de la estructura funcional lineal de la empresa, pero son muy significativas. Un problema conocido es que el gerente y sus asistentes inmediatos están sobrecargados de trabajo, además, es bastante difícil coordinar las acciones de todos los departamentos. La estructura de gestión lineal-funcional funciona eficazmente en las grandes empresas de fabricación, donde se producen constantemente muchos productos homogéneos. En este caso, existen importantes economías de escala en la producción.
Sin embargo, hay situaciones en las que dicho sistema casi puede destruir la empresa. Si hay una dura competencia en el mercado de ventas, el tamaño de la empresa crece, se introducen algunas innovaciones técnicas, la gama de productos se expande, las conexiones externas e internas se vuelven más complicadas: la estructura lineal-funcional funcionará como un freno. Debido a la gran desunión de las divisiones, la dificultad para coordinar sus funciones y responsabilidades, tal esquema de gestión se vuelve inerte y pierde la capacidad de adaptarse a las nuevas condiciones. La eficiencia en la toma de decisiones gerenciales puede fracasar debido a disputas sobre prioridades. Como resultado, la interacción entre las divisiones de la empresa se deteriora y las comunicaciones se alargan.